49°C en Túnez, 48,9°C en Bizerta, 48°C en Jijel y El Tarf… Argelia y Túnez sufrieron a mediados de julio una ola de calor sin precedentes. Estos récords de temperatura, debidos a la formación de una cúpula de calor en la costa suroeste del mar Mediterráneo, se denominan él tiene convirtiéndose en una nueva norma de verano debido al cambio climático. “Es en la región mediterránea donde hemos visto una mayor intensificación de los extremos cálidos”, explica Valérie Masson-Delmotte, climatóloga y copresidenta del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).
Combustibles fósiles
Lo que está en juego son ciertas características específicas de la región, ya que el Mediterráneo es un mar casi cerrado rodeado de suelos secos. Sin embargo, como señala el experto: “Los extremos de 45°C o 50°C eran imposibles en un clima preindustrial no perturbado por el hombre. » Actividades con altos costos ambientales, a la vanguardia de las cuales La extracción de energía fósil y el crecimiento del turismo amenazan hoy la seguridad alimentaria y el suministro de agua de una región que es más árida que nunca.
Como el Siroco que cruza fronteras, la intensificación de los riesgos climáticos requiere una gobernanza transnacional, capaz de garantizar las necesidades básicas en un clima cada vez más cálido. “Nuestra capacidad de anticipación es profundamente emancipadora”, añade el experto del IPCC. Y para concluir: “El desafío es garantizar que las infraestructuras utilizadas funcionen lo menos posible en un clima que continúa deteriorándose. calefacción. »